jueves, 14 de junio de 2012




El reloj de Kippling o una posible traducción del problema en poema

He creído ver a un pájaro estrellándose
Y parecía aliviado


Fotografía tomada en Abril de 2012 cerca de Bergerac, Francia.

domingo, 22 de abril de 2012

La despuntuación es un río

Un texto sin puntuación una mujer desnuda puro instinto de piel húmeda sobre una cama limpia a medio día he visto un pájaro estrellándose parecía aliviado relámpago contra el centro de la tierra ritmo incesante péndulos invertidos toda la felicidad del mundo en el mundo el regreso del hombre al hombre mismo vamos a caer hacia el cielo sin más oscuridad la dicha ocurre la nieve cae en copos en cada copo un poro existencia de ver blanco sobre blanco gran fortuna pasearé las calles que no fui me rendiré ante su insomnio me desvelará la verdad no la dije moriré despacio con gusto moriré expuesta la carne al viento acabaré derritiéndome entonces habrá dos seres en uno de ellos estaré yo y al tiempo entre cortina y abrazo el agua será la pendiente que admire. MFL. Fotografía de Laía Argüelles Folch

viernes, 3 de febrero de 2012

Wislawa Szymborska (1923-2012): pensamientos, acción y revolución en la sonrisa infinita

El poema que una no dejaría nunca de leer:


SI ACASO
(Wislawa Szymborska)

Podía ocurrir.
Tenía que ocurrir.
Ocurrió antes. Después.
Más cerca. Más lejos.
Ocurrió; no a ti.

Te salvaste porque fuiste el primero.
Te salvaste porque fuiste el último.
Porque estabas solo. Porque la gente.
Porque a la izquierda. Porque a la derecha.
Porque llovía. Porque había sombra.
Porque hacía sol.

Por fortuna había allí un bosque.
Por fortuna no había árboles.
Por fortuna una vía, un gancho, una viga, un freno,
un marco, una curva, un milímetro, un segundo.
Por fortuna una cuchilla nadaba en el agua.

Debido a, ya que, y en cambio, a pesar de.
Qué hubiera ocurrido si la mano, el pie,
a un paso, por un pelo,
por casualidad,
¡Ah, estás? ¿Directamente de un momento todavía entreabierto?
¿La red tenía un solo punto, y tú a través de ese punto?
No dejo de asombrarme, de quedarme sin habla.
Escucha
cuán rápido me late tu corazón.

sábado, 8 de octubre de 2011

La memoria posible: Félix Romeo

Hace dos semanas leí una crítica en el Heraldo a propósito de Turrones para Sender.

Firmado F.R. Me gustó la manera en que despertaron en mí tantas preguntas acerca del desconocimiento de otras personas, de sus voluntades, de sus ilusiones e incluso de sus misterios. Lo que verdaderamente mostraba ese artículo eran unas ganas voraces de aprender y de descubrir nuevas vías, nuevas materias con que iluminar el espíritu. Ahora ya nunca podré conversar con él sobre nuestros puntos de vista.

"Nada, ni el espantoso ruido de las sirenas policiales,
puede arrojar de mí la sensación de que alguien se anuncia
y yo sé que no hay nadie pero iré a abrir la puerta."

José Luis Quesada

lunes, 19 de septiembre de 2011

Esqueletos y otras alegrías



Le Mort joyeux
Charles Baudelaire (1821-1867)

Dans une terre grasse et pleine d'escargots
Je veux creuser moi-même une fosse profonde,
Où je puisse à loisir étaler mes vieux os
Et dormir dans l'oubli comme un requin dans l'onde.

Je hais les testaments et je hais les tombeaux;
Plutôt que d'implorer une larme du monde,
Vivant, j'aimerais mieux inviter les corbeaux
A saigner tous les bouts de ma carcasse immonde.

O vers! noirs compagnons sans oreille et sans yeux,
Voyez venir à vous un mort libre et joyeux;
Philosophes viveurs, fils de la pourriture,

A travers ma ruine allez donc sans remords,
Et dites-moi s'il est encor quelque torture
Pour ce vieux corps sans âme et mort parmi les morts!


El Muerto alegre

En una tierra crasa y llena de caracoles
Yo mismo quiero cavar una fosa profunda,
Donde pueda holgadamente tender mis viejos huesos
Y dormir en el olvido como un tiburón en la onda.

Yo odio los testamentos y yo odio las tumbas;
Antes que implorar una lágrima del mundo
Viviente, preferiría invitar a los cuervos
A sangrar todas las puntas de mi osamenta inmunda.

¡Oh, gusanos! negros compañeros sin orejas y sin ojos,
Ved cómo hasta vosotros llega un muerto libre y alegre;
Filosóficos vividores, hijos de la podredumbre,

A través de mi ruina pasad sin remordimientos,
Y decidme si hay aún alguna tortura
Para este viejo cuerpo sin alma ¡y muerto entre los muertos!

martes, 30 de agosto de 2011

Próximamente: Turrones para Sender, de Marta Fuembuena.


Turrones para Sender es un libro que recoge la correspondencia privada entre el reconocido autor y Eduardo Fuembuena, el director y propietario del diario Aragón Express. Eduardo Fuembuena se convirtió en el principal impulsor y promotor del regreso de Sender a Aragón, y la unión entre ambos llegó a ser tan íntima, que a la muerte e incineración del escritor, Luz Campana de Watts le envió un paquete con parte de las cenizas al director del diario, dentro de un libro. En dicha correspondencia se muestra un Sender cercano, cercano a los problemas políticos de la época, un Sender que dialoga sobre la literatura, sobre la condición humana, sobre la religión y sobre la amistad.
El epistolario viene precedido por una contextualización del encuentro entre ambos por parte de Marta Fuembuena, la nieta de Eduardo Fuembuena, poeta y traductora, desde la perspectiva afectiva entre ambos.
Además, como ampliación del imaginario del escritor, se incluye una recopilación de artículos suyos publicados en el diario Aragón Express.

Aparte de la correspondencia y los artículos, se muestran una decena de fotografías personales propiedad de la familia Fuembuena, y se realiza una revisión histórica del autor por el profesor universitario, y experto en la literatura de Ramón J. Sender, José Domingo Dueñas.

TROPO EDITORES

martes, 26 de abril de 2011

Gonzalo Rojas no ha muerto




Los cómplices

Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.

Gonzalo Rojas