Qué hacer si la distancia nos acerca
y alza los puños en alto
como moléculas a punto de chocar
sin ser nunca bombona de aire,
encajada en un ovillo de hierbas sin teína.
Cómo recordar el jeroglífico
mal alimentado
que compusimos en el espacio indiferente.
A quién explicar
que el tiempo antes de la muerte
no fue caja de cerillas sin portazos.
Cuando el amanecer nos rescate
vibraremos asombrados
sin más descanso
ni descaro
que el día que comienza.
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