Abre el contenedor,
los gatos asaltan sin ojos
y está recién amueblado.
Ocupan el espacio indiferente,
camuflados en traje de campaña,
plastificados se mojan mejor.
Ruedas de desplazamiento llevan
y tan sólo la patrulla nocturna
los levanta,
una vez al día,
como ocurre con los ancianos
de piernas atadas
y arácnidas manos.
Contenedor del continente
que dicta la forma fácil
de decir adiós.
Baja la tapa,
o no tapes,
ábrela y mira,
que nosotros acabaremos del mismo modo,
con un techo bajo,
en un cuarto oscuro
y no será, di: vertido.
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