viernes, 27 de noviembre de 2009

Sobran pies



Ilustración de Luca Crivellari

Te vi en la plaza de tu infancia,
la mano dirigida hacia el cielo,
con un globo fundiendo el amarillo sol,
así lo querías tú.

Corrías boquiabierto,
empapándote los dientes de tiza
y pintabas las montañas
encima de las nubes,
sobre el tiempo,
tú podías.

Acudías a mojarte con cera en la mirada,
y mira,
que ahora cuelgas tu cuadro de niño vivido
y apenas reconoces el trazo.

martes, 24 de noviembre de 2009

Medio de todo

Me levanto por la mañana para ver el café hecho polvo,
porque en polvo me convertiré y seré soluble.
Me levanto para estirarme, no llegar al techo y culpar al bestia que puso el primer ladrillo.
Me levanto en los últimos cinco minutos del sueño para inventar un pensamiento
que me aguante todo el día y que, como el desodorante, no ensucie.
Me levanto para acordarme de cómo llegué hasta aquí,
del número que calzo,
de la flor que me dejaron en el buzón de correos.
Me levanto para ir al baño, tirar de la cadena y sentirme viva,
mirarme en el espejo y saber que soy yo la que está sola con ella,
la que come medio kiwi, medio pan, medio de todo,
la que bebe media botella de agua en plástico porque toda le da resaca.
Me levanto porque antes de caer supe estar levantada.

jueves, 19 de noviembre de 2009

La Grande Guerre: les poilus




No se puede restituir lo vivido,
sólo es posible recordar lo muerto.

Si pudiera salir de su tumba el patriota,
destruiría la hipocresía del monumento en su honor.

Y a propósito de las lágrimas,

¿Cuántas suman un adiós,
multiplicadas por dos,
divididas por uno?

Cuántas partiendo de cero...

martes, 10 de noviembre de 2009

Las sillas, Ionesco. E




"Le vieux: Oui, mon cher, elle est là, plus bas, elle vend des programmes...il n'y a pas de sots métiers...c'est elle...vous la voyez?...vous avez une place dans la deuxième rangée...à droite...non, à gauche...c'est ça!"

Las sillas, Ionesco.



Me siento a la mesa,
un festín se prepara,
vendrán los comensales
con dientes de léon
y garras como cucharas.

Lo he dispuesto sin hambre,
el plato es de madera,
el manjar,
la carne fresca,
para que llegues y digas
que no hay cena sin velada,
otra excusa caducada
y un hueco en el estómago
habitando el comedor.