lunes, 9 de febrero de 2015

Iniciación de los muros, El Gallo de Oro, 2015.




Edorta

Que no sea más que un tembleque de muñeca.
Que con el tiempo
seamos capaces de contar mentiras
como los muertos más frágiles del cementerio.

La más sincera agilidad de curvar las manos hacia arriba
y recorrer el cuerpo hacia dentro,
en la complejidad de un espasmo vacío.


PRESENTACIONES

Aula de escriptores de Barcelona: 11 de Febrero, 19'30.
Horiginal (Barcelona): 18 de Febrero, 20'30.
FNAC (Pl. España, Zaragoza): viernes 27 de Ferbero, 19'30.
La Poeteca (Barcelona): 26 de Marzo, 20'30.

martes, 11 de marzo de 2014

Le théâtre des nuits blanches: Pierrre Unik



                                                  LA RÉVOLUTION SURRÉALISTE



El castillo de naipes

Eres más bello que el color de ese guante olvidado en el mar
y en los surcos desiertos no encuentro más nada
pero allá lejos los instrumentos de música se reúnen
en una alcoba
en un carro cuadrado
y es el amor que comienza
con festones en los cuatro ángulos
y batallas que nunca terminan
adiós maravilla adiós no tienes corazón
sino un álamo manso en la solapa del saco
y no es sin dar la alarma que mi voz llega a tu ciudad
La barca en la que se suicidan los fantasmas después de una
inmersión prolongada en el cadmio de las consagraciones
la barca desnuda se presenta a mi puerta
y llama con todo su negro cielo
”pálida, dice ella, pálida más pálida que tu esposa”
y esos dientes en el sonido de la mirada me trituran
esos dientes de cadena y de incendio
incendio en que las mujeres forman la cadena
para impedir que nazca el nueve de espadas
el paje diabólico que tiene surgente de florestas
ese paje lo conozco es el nueve de espadas
y las mujeres en la ciudad son más pobres de lo que esperaba
más pobres que mi venganza
y que mi furia
más pobres que un cartero que sólo posee el abandono
sobre una casa de ocho pisos
de un billete de ida y vuelta para la horca
Es en la encrucijada del camino y de la muerta
donde se levanta el poste indicador de las enamoradas
allí se encuentran pero no se ven jamás
El espantajo del castillo de naipes
el maniquí de silencio
con armadura de brezales
con su llama y su tahalí
el espantajo de los siglos
a la salida del subterráneo
no hay laberinto que importe
todas las alas y todas las llaves abren los poros del castillo de naipes


Pierre Unik



sábado, 22 de junio de 2013

Rafael Cadenas: Isla

No saber si irse o quedarse. Pensar. Libre. Pensar. Acordarse de pensar libremente. Saber que he hecho muchas cosas mal en mi vida como, por ejemplo, pensar que estaban bien. Encontrarme por casualidad con la Antología de Rafael Cadenas. Comprarla. Librarme de una buena y encontrarme con una mejor. Todo para ser capaz de llamar al silencio por su nombre.

Ejemplo:


ISLA

Sigue en las mismas playas de donde vino.
Vive en una ciudad de madera que levanta su olor acre como un puñal.
Es allí donde habita, afantasmado, virtual, amante.
Donde habla solo en una lengua extraña.
Donde está más cerca de su cuerpo.
Todavía se asoma por una ventana a ver la tarde primitiva.
Se mueve frente a una vegetación espectral.
Lleva el tesoro de Raleigh, un rostro de mujer
y cierta frangancia bárbara de sol que duerme entre hojas.

Rafael Cadenas

sábado, 2 de febrero de 2013

Jorge G. Aranguren o cómo convertir las manos en pájaros.



Tuve la suerte de conocer a Jorge G. Aranguren en San Sebastián, hace unas semanas. Sorpresa, delicia y eternidad. Desde entonces lo llevo conmigo. No he dejado, ni dejaré nunca, de leerlo.

La editorial El Gallo de Oro, dirigida por Juan Manuel Uría  y Beñat Arginzoniz, acaba de publicar el libro de poemas Moneda suelta de este escritor donostiarra. Así da gusto. Así, sí.

Dice él que, al escribir poesía, se ayuda a fijar y comprender el mundo o, al menos, a reconciliarse en algún sentido con la realidad y su deriva.

Yo puedo asegurarles que los gorriones de la Plaza de Gipuzkoa de San Sebastián venían a comer de su mano y, casualmente, ese día había olvidado la bolsa con las migas. Alguien se ha salvado.

Poemas pertenecientes a Moneda suelta:

                                        -37-

De tus quince dioses háblame,
de los que aparecen o se desenlazan
por detrás de la tarde y peregrinan
junto al rebaño de luceros.

Hombre sabio y plural,
¿qué te divierte?:
¿el cachorrillo de león?,
¿la lluvia sobre las flores africanas?,
¿el humo de los sueños?
¿Por qué ríes junto a la soledad y la niñez,
bajo el sucederse de las cosas?

En la puerta,
hecha con pajas y boñigas,
mueves las falanges de la mano,
divertido.
Creo que perdiste algún dios.

                               
                                        -13-

Oigo que dice "mogollón"
seis o siete veces por minuto,
y "súper", otras cuatro.
Frunce el hociquito y asegura:
"Te lo prometo".

La tonta es bella, precisamente eso la salva.


                                     -84-

Elige un sueño para mí,
una ilusión de agua, un pasado de agua.
      Suavidad,
para que no pueda recordarte.


                                  -69-

Ya paso. 





 


martes, 4 de diciembre de 2012

PRESENTACIÓN: Del peligro de suerte



 El martes 11 de Diciembre se presentará mi libro de poemas, Del peligro de suerte (ed. Quadrivium), a las 19'30h en el Espacio Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza.

Quiero agradecer a Jesús Jiménez Domínguez su buen hacer y generosidad por escribir el prólogo. Gracias infinitas, Jesús.

Os dejo con un extracto del mismo.


                                        DEL PELIGRO DE LEER A MARTA FUEMBUENA.
                                          DE LA SUERTE DE PROLOGARLA


    Permítanme (y en el permiso quede implícita mi disculpa) que, a modo de cuña, introduzca un nombre y un apellido en la cita inaugural que da el pistoletazo de salida a este poemario singular, Del peligro de suerte. Permítanme que la complete y la personalice de esta guisa: "No hagan ruido, no escupan, no demoren, Marta Fuembuena quiere decirnos algo."

    Sí. Suerte peligrosa la tuya, lector, de sostener un libro así entre las manos. Si las páginas que te esperan tiemblan no es porque el aire del día las mueva, ni porque tu respiración expectante las haga tiritar. Resulta evidente que algo visceral, fibroso y muy telúrico palpita dentro de estas páginas que a continuación vas a desplegar como el velamen de un navío camino de un incierto horizonte.

   Cuidado: hay páginas que cortan como cuchillas donde la piel (esa parte carnal y física de la memoria) menos se espera. Pero también hay otras páginas, frescas y salvadoras, que arropan como las sábanas matinales después de una aciaga noche de viaje.

  ¿Qué tipo de suerte, de sino nos espera en su lectura? Poco dada a la ataraxia, a la calma y al remanso, la voz poética de Marta Fuembuena se viene alzando firme, extraña e inquietante como pocas. Nada de anestesia dulzona, de autocomplacencia hueca. En los versos de Marta hay indagación sin fin, hay manos que tiran de una raíz o de un nervio. Buscar duele. Buscar es necesario.


                                                                           Jesús Jiménez Domínguez
                                                                           Zaragoza, octubre de 2012



jueves, 2 de agosto de 2012

Alguien ha dado



Alguien ha dado con el hombre que se extiende
como jardin cerrado al mar.
Alguien se acordó del pan que le traspasa el cuerpo
en pedacitos húmedos y huecos pestilentes
para olvidarse más tarde.

Ese alguien llamado a ser costumbre
se ha enterrado en su abundancia,
¿Sabremos devolverle el minuto que alimenta?

Ha traspapelado el despacho de su mente corredora
del fondo aplastado
del largo y tendido
que sólo en su casa se siente habitado
como ocurría con las noches del vaho mal digerido,
inaugurando un burdel de escamas acolchadas,
cerrajas crujiendo como dedos colgantes.

Más tarde, con el sonido de un puño cerrado,
agita la veleta domesticada,
mosca adormecida cayendo torpe, remota,
en su carro de aire desvanecido.

Y entiende
que cuando subió por primera vez a su casa,
como esquimal fundido en blanco,
unos ojos congelados le esperaban en la puerta.



sábado, 16 de junio de 2012

DAVID HERRANZ o el pájaro Reichelt



París, Francia. Principios de un nuevo siglo. Todo puede ocurrir. Los ciudadanos se reinventan, pasean por las calles con alegría notable, posan para el fotógrafo que con suerte un día hará fortuna tras su muerte, acuden al trabajo aliviados y se seducen unos a otros apresuradamente para certificar la vida. Un sastre reconocido diseña un traje con el que volar. Un pedazo de tela con el que demostrar al mundo que sigue siendo importante desafiar las leyes de la gravedad. Un hombre, cualquier hombre. No. Una mañana fría François Reichelt se enfunda su traje paracaídas. Habiendo lanzado como prueba primera un muñeco revestido con la tela voladora en cuestión y, habiéndose estrellado éste contra el cemento que sostiene la Torre Eiffel, nuestro hombre no se rinde. Un pájaro, cualquier pájaro. No. Sube decidido a lo alto de la Torre. Ante la expectación de sus contemporáneos se lanza. Nada tiembla, ni un solo escalofrío en el intento de aprehender la existencia. Sólo un leve crujido al chocar contra el suelo. El último impacto le devuelve a la vida.

Un hombre, cualquier hombre. No. David Herranz, en Canis mutus, convierte la Torre Eiffel en colmena, en un lugar desde donde observar lo misteriosamente finito de la percepción, lo temerosamente inabarcable de aquello que imagina. El punto exacto donde la intersección del vuelo y su caída, más allá del bien y del mal, convierten el impacto en acierto involuntario. Un hombre se ha salvado. Quien lea Canis Mutus quizá comprenda que no es posible separarse de él sin antes haberse sentido aliviado.


EL EXTRAÑO

De todo cuanto hable de tu paso
por este mundo, deshazte.
Solo tú has de saber que has existido,
y ni esto.
Si haces bien este trabajo,
descuida, la muerte te guardará el secreto.

Ni un cabo olvides a tu partida
del que puedan tirar de ti hasta justificarse.

Canis Mutus, David Herranz (S.T.I, 2011)




Fotografía que tomé en Saint-Clar.