lunes, 23 de agosto de 2010
Henry and June (1990), una película de Philip Kaufman
" Me fui a mi cuarto, envenenada.
Soplaba incesante el mistral, seco y cálido.
Así llevaba días, desde que llegué.
Destrozaba mis nervios. No pensé en nada.
Me sentía dividida, esa división me mataba,
la lucha por sentir la alegría, una alegría inalcanzable.
La irrealidad opresiva.
De nuevo la vida retrocediendo, eludiéndome.
Tenía al hombre que amaba en mis pensamientos;
lo tenía en mis brazos, en mi cuerpo.
El hombre que busqué por todo el mundo,
que marcó mi niñez y me perseguía.
Había amado fragmentos de él en otros hombres:
la brillantez de John, la compasión de Allendy,
las abstracciones de Artaud, la fuerza creativa
y el dinamismo de Henry.
¡Y el todo estaba allí, tan bello de cara
y cuerpo, tan ardiente, con una mayor fuerza,
todo unificado, sintetizado, más brillante,
más abstracto, con mayor fuerza y sensualidad!.
Este amor de hombre, por las semejanzas entre nosotros,
por la relación de sangre, atrofiaba mi alegría.
Y de este modo, la vida hacía conmigo su viejo
truco de disolución, de pérdida de lo palpable,
de lo normal. Soplaba el viento mistral y
se destruían las formas y los sabores.
El esperma era un veneno,
... un amor que era veneno. "
Anaïs Nin, Diarios.
martes, 17 de agosto de 2010
Casimiro de Brito
Entro en tu boca en tu sexo en tu sangre
con la furia silenciosa de quien desea
deshacerte despedazarte y yo en ti
para que seamos uno solo. Violentarte,
matarte engullirte transformarte
en alimento incorporado en mi cuerpo en
mi aliento. Mas, rispondimi, ¿qué haré de mí
así vivo y más rico y mortalmente amado
si después no te tengo a mi lado?
O muerte de los dos, Lúria, o muerte ninguna
más allá de esta tragedia en que fundimos
en la música en el ruido en el silencio –
la alegría la devastación el sufrimiento.
Casimiro de Brito (Algarve, Portugal, 1938)
Pienso:
Hojas que no ven,
corazón que no siente.
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