domingo, 4 de octubre de 2009

El Tajo que no cesa (de Albarracín a Lisboa y luego, mar abierto)

Entre las uñas que me quité
y los dedos que me faltan
escondo un minuto
en la hora siguiente,
tu nombre que dicta paz
en mi espada de guerra.

Voy a iniciar una batalla:
con y en contra del olvido
que hace con las manos acrobacias
del que no sabe pedir
y acaba siendo mendigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario